Segundo álbum de los ingleses Grave Miasma. Los británicos han basado su carrera en una larga historia de caminos hermético, con un sonido con fuerte aroma a muerte. No abriremos aquí el debate de comparar una obra con otra o realizar un ejercicio de que disco es mejor que otro, porque, las circunstancias y los momentos son distintos, solo ahondaremos en hacer un análisis explicativo. Donde con gran frecuencia sucede que casi siempre los primeros álbumes con el pasar de los años van tomando un status de culto y consideración y se olvidan sus obras posteriores, otras veces, los predecesores no superan en lo más mínimo ni los cánones del tiempo/espacio ni mucho menos las expectativas y el alcance por consiguiente, es pobre o nulo. Evidentemente los cambios en una banda pueden surgir tanto de los integrantes como de los conceptos musicales. En el caso de Grave Miasma, lo que anteriormente era un cuarteto ahora se convierte en un trío, este vendría siendo el primer cambio. "Abyss Of Wrathful Deities", explora ahora otros elementos en su temática ocultista, en esta ocasión orientada hacia el tópico de resurrección del cuerpo material del hombre, continúan trabajando los demonios ahora añadiéndole a las líricas el culto a los rituales tibetanos, dejando un poco más atrás esas líricas de corte más occidental por definirlo de alguna forma. El radio de acción en cuanto a lo musical también aborda un tratamiento diferente, la música ha perdido un poco esa atmósfera y esos viajes astrales al inframundo que nos veíamos consumidos los oyentes de Grave Miasma, para el nuevo oyente de la banda, encontrará una propuesta accesible y sensible a la escucha, de asimilación de los sonidos quizás no de forma instantánea pero si se le hará enganchante, mientras al antiguo oyente habrá un cambio puntual, reflejado en el despliegue y el discurso que utilizan para contarnos su música, obviamente dirigida a una mayor audiencia, cosa por demás no está nada mal y muy válida a la vez que cada artista tiene la libertad de manifestar su dirección musical, típico cuando crecemos y nos desarrollamos hacia otras formas de manifestacion artística. Jaime Gómez Orellano, sigue haciendo el trabajo a la medida y la producción está suficientemente acordé con la frecuencia de Grave Miasma, igualmente la participación de Pedro Felipe (Art Moriendee), ha reflejado en magnífica forma la muerte y la emanación del éter en la musica de los ingleses. Las nueve pistas que corresponden a esta producción están secuenciadas uniformemente en su totalidad, a veces quisiéramos que las segundas partes fuesen como las primeras o las formulas y el aura fueran similares, no se repiten claro está, es lo que nos presentan Grave Miasma, material aún mítico, cabalístico y de orden ritualista, con devoción al Metal pero ahora con una dosis más baja de oscuridad.
Por: Glibert V.
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